Gracias, por toda la vida que me has dado: por la pasión con la que lograste que cada mañana me levantara y por las innumerables noches que compartimos, en silencio, con las estrellas como único testigo.
Vendrán más, pero tú siempre serás la primera, la favorita: la que se quedó con las risas y con los jirones de mi piel, también.
Siempre tuya, te quiere con toda su alma,
Mariló.
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